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10 Falsos Mitos en Vacunación Infantil

La OMS defiende que las vacunas son la principal medida de prevención contra muchas enfermedades infecto-contagiosas que pueden ser muy graves. Además de proteger directamente a quiénes las reciben contra las mismas, benefician al conjunto de la sociedad ya que evitan su propagación.

Vacunarse es un derecho, pero también es una responsabilidad.

Mito 1: «Las vacunas tienen efectos secundarios perjudiciales para la salud»

Las vacunas pasan estrictos protocolos de seguridad antes de ser aprobadas para su uso. Ninguna vacuna se comercializa si sus beneficios no son mayores a las posibles complicaciones de pasar la enfermedad. Las reacciones a las vacunas son leves y temporales, como dolor en la zona donde se puso la vacuna, décimas de fiebre o leve erupción cutánea. Son extremadamente raros los casos de enfermedad grave por una vacuna.

Mito 2: “Las vacunas no son necesarias, sólo hay que mejorar las condiciones de higiene para que ciertas enfermedades desaparezcan”.

Una buena higiene protege frente a muchas enfermedades infecciosas, sin embargo, otras muchas se propagan independientemente de la higiene que tengamos como la poliomielitis o el sarampión.

Mito 3: «Varias enfermedades para las cuales hay vacunas, están prácticamente erradicadas, no tiene sentido vacunarse.»

Aunque sean enfermedades poco comunes en algunos países (justamente debido al efecto rebaño de la vacunación masiva y continuada de la población), los agentes que las provocan siguen circulando en otras partes del mundo siendo frecuente la “importación de casos” que originan brotes difíciles de controlar en los países con baja prevalencia al infectarse accidentalmente dichas personas no protegidas.

Mito 4: «Las enfermedades de la infancia para las que hay vacunas, son algo inevitable en la vida que es mejor pasar”

Enfermedades como el sarampión, rubéola o parotiditis entre otras,conllevan severas complicaciones como neumonía, encefalitis, ceguera o muerte. Además, dichas enfermedades no sólo son potencialmente graves para quien las padece, también para la población que rodea a dichos niños: embarazadas, abuelos, personas en tratamientos oncológicos por ejemplo.

Mito 5: “Es mejor la inmunidad que produce el pasar la enfermedad que vacunarse”.

Las vacunas interactúan con el sistema inmunitario generando en el organismo una reacción similar, pero controlada, a la que produciría la infección natural. Des este modo el organismo obtiene la misma protección que si pasara la enfermedad natural pero evitando que el niño se exponga a los riesgos y complicaciones de la misma, como puede ser el retraso mental, los defectos congénitos, el cáncer de hígado o muerte entre otras. Por lo tanto, la vacunación es la vía efectiva y saludable de prevención.

Mito 6: «La administración simultánea de más de una vacuna aumenta el riesgo de efectos secundarios nocivos». 

Las pruebas científicas revelan que la administración simultánea de varias vacunas no conlleva ningún efecto secundario sobre el sistema inmunitario del niño. Un niño está expuesto a muchos más antígenos (virus, bacterias) como consecuencia de resfriados comunes, que por las vacunas. Además, la administración simultánea de varias vacunas presenta como ventajas que requiere menos consultas y menos inyecciones; se gana tiempo y contribuye a que los niños completen el Calendario de Vacunación de forma precoz.

Mito 7: “Las vacunas tienen mercurio y eso es peligroso”

Algunas vacunas llevan tiomersal, un compuesto orgánico con mercurio, que se añade como conservante. Sin embargo no hay pruebas que verifiquen que la cantidad de tiomersal utilizado sea un riesgo para la salud.

Mito 8: “Las vacunas causan autismo”

No existen pruebas científicas que relacionen la triple vírica con el autismo, según se publicó en un estudio en 1998 que generó gran inquietud y provocó que bajase el número de vacunaciones y aumentaran los brotes de esas enfermedades, con consecuente aumento de la mortalidad infantil.

Mito 9: “La vacuna combinada contra la difteria, tétanos y tos ferina y la de la poliomielitis pueden provocar la muerte súbita del lactante”.

No se ha evidenciado relación causal entre ambos, a pesar de que la vacuna se administra en un período en el que el recién nacido puede sufrir el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL). Si el recién nacido no fuera vacunado contra estas enfermedades correría riesgo de padecer cualquiera de las complicaciones de dichas enfermedades.

Mito 10: «La gripe es sólo una molestia y la vacuna no es muy eficaz.”

La gripe causa anualmente casi medio millón de muertes en todo el mundo. Ante la gripe, corren mayor riesgo de infección grave y muerte los recién nacidos, las mujeres embarazadas, los adultos mayores y cualquiera que padezca un trastorno crónico (por ejemplo, quienes sufren asma o alguna cardiopatía). No todo resfriado es gripe. La vacuna es altamente eficaz pero al mutar el virus anualmente, debe reponerse cada año.

 

 

Fuente: OMS

 

 

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