Llevamos al bebé en nuestro interior todo el embarazo. ¡Durante casi un año!, el bebé se ha acostumbrado a estar caliente y contenido. Nunca ha sentido hambre, ya que se alimenta continuamente a través de un cordón umbilical. El líquido amniótico le acaricia y amortigua de cualquier movimiento brusco. Sus oídos se acostumbran a oír nuestra respiración y el latido de nuestro corazón. Junto con nuestra voz, son sus compañeros.
Y de repente, de un día para el otro, ¡TODO CAMBIA!
Su realidad es completamente diferente: ruidos más intensos, contrastes de luz, debe aprender a comer, echar gases, le duele la tripa, siente la diferencia entre el frío y el calor. ¡La cuna o el capazo no resultan tan confortables como el útero materno!.
¿Qué podemos hacer para ayudarle en esta adaptación?
Portear al bebé, con fular o mochila, desde las primeras semanas de vida es una excelente opción que aporta muchas ventajas:
- Permite al bebé estar cerca nuestro, Nos permite e siente se su cabeza, s, previene el aplanamiento de por lo que siempre se sentirá seguro.
- Nos permite conocerle mejor y saber lo que necesita en cada momento, ya que le vemos y oímos inmediatamente.
- Favorece la subida de la leche y la lactancia materna a demanda, a la vez que favorece la digestión y evita las bocanadas y reflujo de leche.
- Nos permite compartir el cuidado con el padre y otros cuidadores.
- Nos permite movernos más ágilmente, tanto dentro como fuera de casa.
- Estimula el desarrollo motriz y del equilibrio.
- Favorece su interacción con el medio, lo que estimula su lenguaje, ya que ver la realidad en posición vertical es mucho más estimulante que verla tumbado.
- Promueve el correcto desarrollo de sus caderas, columna y cabeza, evitando el aplanamiento del cráneo o plagiocefalia .
El porteo es una actividad familiar, que permite prestar atención tanto al bebé como a los hermanitos mayores, siendo de gran ayuda para crear una relación cercana y un vínculo profundo entre todos.
Portear no se trata solamente de comprar una mochila o fular. Es aconsejable contar con un asesoramiento profesional previo para saber qué tipo de mochila o fular se adecúa más a nuestras necesidades y estilo de vida, y aprender a portear de forma ergonómica o segura.
¿Cómo portear de forma ergonómica?
- Postura adecuada del bebé.
- Mochila adecuada a la edad del bebé.
- Posición de las piernas en M.
- Culete bien asentado en la mochila.
- Espaldita del bebé en forma de C.
- Vías respiratorias libres y carita visible.
- Postura adecuada del porteador:
- Cintas de mochila o fular anchas.
- Peso bien repartido entre hombros y caderas.
- Postura erguida y pelvis neutra.
- Bebé a la altura de los besos.
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