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Consejos ante el nacimiento de un hermanito/a

evitar los celos

Es inevitable que la llegada de un nuevo miembro a la familia genere sentimientos en todos nosotros. Pero, ¿os imagináis todo lo que puede pasar por la cabeza del/la que hasta ahora era el “rey o reina” de toda la atención de mamá y papá?

Es habitual notar cambios de ánimo o actitud en el pequeño de la casa que pronto se convertirá en el “hermano mayor”.

Incluso a veces, pueden aparecer regresiones en aspectos de su vida que ya estaban superadas, como: el control de esfínteres, el chupete, el sueño, …

Para que la feliz noticia sea asimilada sin angustia ni celos, de forma positiva, todos nuestros esfuerzos deben ir destinados a que el hermanito mayor se sienta parte de este proceso y no “reemplazado”.

¿Cómo hacerlo?

Desde el punto de vista psicológico es muy importente tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Gestión del tiempo: los niños, especialmente si son pequeños, no controlan el concepto del tiempo como los adultos. Decirle que el bebé nacerá dentro de 9 meses puede generarle ansiedad o angustia, ya que no entiende de plazos. 

    Recomendamos usar de referencia la época del año por ejemplo: “Tu hermanit@ nacerá en navidad, en verano, otoño, …

  • Ser realistas: debemos intentar que la imagen que se forme del futuro hermano sea lo más parecida posible a la realidad inmediata. Es frecuente decir al pequeño: “ahora vas a tener un hermanito con el que poder jugar”. Sin embargo, eso no sucederá hasta dentro de muuuuchos meses. Y esto, en la mente de un niño, puede generar gran frustración. Para prepararle de forma realista, podéis enseñarle fotos de cuando él/ella era un recién nacido.

  • Hacerle partícipe de los cambios: Tanto durante el embarazo como posteriormente, es importante evitar que el/la herman@ mayor se sienta “desplazad@”. Pare ello, una buena estrategia es tener en cuenta su opinión y ayuda en pequeñas cuestiones, como por ejemplo: puede ayudaros en la elección de pequeñas cosas de la habitación, la ropa o el nombre del bebé. 

    Durante el ingreso hospitalario, puede ser el primero en visitar a la mamá para conocer al bebé. Si las visitas traen regalos sólo para el recién nacido, el herman@ mayor puede ser el encargado de abrir el regalo, decidir dónde lo pueden colocar, o dar su opinión sobre si le gustará o no al bebé.

  • Dedicar tiempo en exclusiva: tras el alta hospitalaria, ya en casa, no debéis olvidar que vuestro pequeñ@ necesita momentos de “padres en exclusiva”, tanto por parte de mamá como de papá (o quienes sean sus principales cuidadores). Igual que cuando el bebé toma el pecho, tiene a mamá para él solito, el momento del paseo, baño o antes de ir a dormir, pueden ser excelentes momentos de dedicación en exclusiva para el hermanit@ mayor. Conseguirlo evitará despertar sus sentimientos de celos.

  • Mantener su espacio y rutinas: Es muy importante no descuidar los horarios y rutinas que seguíais antes del nacimiento del bebé, que aunque sean las de un niño pequeño, probablemente ya sean muy diferentes a las de un bebé. Esto le dará seguridad.

  • Fomentar la comunicación espontánea: Procura dar espacio a que exprese sus sentimientos de forma libre y espontánea, realizando preguntas abiertas en lugar de aseveraciones. Por ejemplo en lugar de ¿es bonito el bebé, verdad? o ¿llora mucho el bebé, verdad? preguntar ¿qué opinas del bebé? En cualquier caso, evitar hablar todo el tiempo del bebé, salvo que veáis que es necesario. 

  • Regresiones: El pequeño verá cómo cuidáis al bebé, le dais la toma, le cambiáis el pañal, le bañáis, le vestís, etc. Por eso, puede pensar que si vuelve a necesitaros para estas tareas, quizá paséis más tiempo juntos. Este comportamiento o etapa regresiva requiere que seáis comprensivos, reforzando sus conductas ya aprendidas y haciendo que comprenda que él/ella ya pasó por esa etapa y le cuidasteis del mismo modo. Haciéndole entender que ahora sabe hacer cosas más interesantes y divertidas, que su hermanit@ querrá aprender. 

    No obstante, los mayores generalmente acaban aburriéndose en el papel del bebé si no se le da excesiva importancia a este comportamiento.

Los cambios de humor también pueden ser frecuentes y no sería extraño que vuestro hij@ mayor tenga un arrebato de celos, y pase en un instante de querer achuchar al bebé a querer “darle un buen pellizco”.

Según su edad, es probable que aún no sea consciente de las consecuencias de sus actos. Por eso, y porque no sería seguro para ninguno de los dos, es conveniente que los pequeños estén siempre bajo supervisión adulta.

 

 

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