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LIMPIEZA Y ESTERILIZACIÓN DE BIBERONES Y TETINAS

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Hoy hablamos de uno de esos temas que con cierta frecuencia genera “tiranteces” en los hogares, especialmente cuando en casa resulta que hay un bebé.

No hace falta aclarar que todo lo relacionado con los hábitos y costumbres de crianza lleva impreso el sello de identidad de la tradición familiar. Temas como el baño y aseo del bebé, la preparación de sus comidas, los gases, y un largo etcétera suelen estar sujetos a diferentes interpretaciones y metodologías, muchas de ellas validadas incluso por el paso del tiempo. Partiendo de esta premisa, la higiene de “tetinas, biberones, mordedores, extractores, etc.”, ¿por qué iba a ser diferente?

Por eso, en el post de hoy hablamos de este interesante tema, buscando aclarar algunos conceptos y recalcando aquellos que aún admiten cierta flexibilidad e interpretación. Ya que, ¡oye!, a todos nos gusta tener un poquito de razón.

¿ES LO MISMO LAVAR QUE ESTERILIZAR?

No, cuando lavamos con agua y jabón eliminamos gran parte de los gérmenes, pero al esterilizar los eliminamos todos (o casi).

¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN AMBOS PROCESOS? 

A diferencia de la limpieza con agua y jabón o lavavajillas -que en el mejor de los casos alcanza 65ºC- la esterilización elimina el 99,9% de los gérmenes dañinos porque alcanza al menos los 90ºC.

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¿Y PORQUÉ NO HAY UNA RECOMENDACIÓN UNIVERSAL RESPECTO A ESTE TEMA?

Debido a que las condiciones de higiene y salubridad a nivel mundial son muy variables. Por eso, referente a este tema, la recomendación de la OMS y diferentes Sociedades médicas es adoptar medidas acordes al ambiente en el que vivimos, especialmente ligadas a la disposición de agua potable o no, sin ser el único factor a tener en cuenta. En este sentido, podemos generalizar que:

  • Países desarrollados con agua potable, basta con esterilizar los productos para el bebé antes del primer uso y luego esterilizarlos con relativa frecuencia en función de condiciones de cada región, hábitos y costumbres.
  • Sin embargo en países sin agua potable o condiciones de higiene dudosas o deficientes se recomienda  potabilizar el agua para consumo y a su vez, lavar y esterilizar los utensillos de bebés, niños, incluso adultos tras cada uso.

ENTONCES, EN NUESTRO MEDIO, ¿QUÉ HAGO?

En nuestro medio –entendiendo que estamos generalizando- no sería necesario esterilizar las cosas del bebé tras cada uso. Lo que sí es preciso, es lavar todo lo que el bebé pueda llevarse a la boca tras cada uso, especialmente si tiene restos de alimento.

Es real que existe gran controversia acerca de los beneficios y/o perjuicios que supone mantener a los niños en ambientes excesivamente limpios. El aumento de incidencia de alergias de todo tipo podría estar relacionado con este aspecto. No obstante, la importancia de la higiene en temas de alimentación está bien demostrada también en la prevención de infecciones gastrointestinales severas, especialmente durante los primeros meses de vida.

Por eso, la recomendación de seguir unas medidas básicas de seguridad alimentaria durante los primeros meses de vida de los bebés no debería estar reñido con que los niños puedan explorar el ambiente que les rodea de forma natural, sin obsesionarnos con que no toque nada, ni se lleve nada a la boca

En nuestra experiencia, una pauta sencilla de seguir por las familias durante al menos los primeros 6 meses de vida en los que el sistema digestivo adquiere cierta madurez, es el  lavado diario de los utensillos tras cada uso y su esterilización una vez al día, sabiendo que olvidarse un día no es “pecado mortal”.

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¿QUÉ MÉTODOS HAY PARA ESTERILIZAR?

Recordemos que cuando hablamos de esterilizar, estamos hablando de un proceso más profundo que el lavado con agua y detergente (sea en el grifo o lava-vajillas). Para conseguirlo hay diferentes alternativas :

  • Esterilizar con agua hirviendo: el método más universal. Una vez el agua está en ebullición sumergimos todos los elementos durante 5, 15 o 20 min (según diferentes fuentes).
  • Esterilizar con vapor de agua: 
    • Esterilizadores eléctricos: suelen tener gran capacidad (unos 6 biberones apróximadamente) y esterilizan en tan sólo 6 min.
    • Esterilizadores en microondas: suelen tener menor capacidad (unos 4 biberones apróximadamente) y esterilizan desde los 2 a los 6 min en función de la potencia que tenga el microondas
    • Bolsas esterilizadoras reutilizables: su capacidad es algo menor (unos 3 biberones apróximadamente) pero esterilizan en tan sólo 90 seg. Su principal ventaja: no ocupan espacio y resultan muy prácticas cuando toca salir fuera de casa.
  • Por último, aunque es menos conocido, también podemos esterilizar con desinfectantes en agua fría: se trata de desinfectantes químicos, aptos para esterilizar chupetes, tetinas, incluso alimentos, que se consiguen en formato líquidos o en pastilla. Según la marca y producto, sumergimos los elementos a esterilizar en un recipiente con agua fría, echamos la cantidad indicada de gotas o pastilla, y dejamos actuar unos 30 min de media.  Dejamos secar sin aclarar, y ya está.

De todas esta opciones, elijas la que elijas, una vez lavado o esterilizado, el secado debe ser al aire libre, en un escurridor dedicado a los elementos del bebé, y jamás secar con el trapo de la cocina ¡lo habremos arruinado sin quererlo!

Y ya para finalizar, recordar que por encima de cualquier pauta de lavado o esterilización, está la recomendación universal, la que no debe faltar nunca, incluso si alimentamos al bebé al pecho, que es el lavado frecuente de nuestras manos.

 

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