La Madre Auténtica de esta semana se llama Elena Cobos. Esta abogada de 35 años nos relata la llegada de su maternidad con todos sus detalles y pormenores, ¡como la vida misma!
«Hacía pocos años había conocido a mi media naranja, mi compañero. Yo trabajaba en el Departamento de Asesoría Jurídica de un importante banco extranjero, aunque en ese momento había cogido una excedencia.
Sin pensarlo mucho nos embarcamos en la idea de “escribir a la cigüeña” sobreponiendo la ilusión de ser padres a la temida “pérdida de libertad” y “falta de tiempo para la pareja” que eso conlleva. La respuesta de París no tardó en llegar! La noticia nos llenó a todos de alegría. Con 33 años me quedé embarazada. Era un embarazo muy deseado por todos.
El embarazo transcurrió de maravilla, cogí el peso justo por lo que me mantuve ágil y activa hasta el final. Diego nació por cesárea programada, dado que a pesar de mis caminatas en “cuatro patas” durante el tercer trimestre, no conseguí que se girara. Pero recuerdo todo bastante rápido. Y así, sin más, le tuve por primera vez en brazos.»
¿Qué recuerdas de “la vuelta a casa”?
Días muy duros. Te pasas el embarazo pendiente del parto y cuando vuelves a casa te das cuenta de las miles de cosas que no has previsto, que nadie te ha contado. Sentí mucha soledad y desconcierto. Todo eso de que la maternidad es maravillosa, que te brota el amor por todos los poros desde el primer momento, yo no lo sentí así. Recuerdo muchas dudas. Crees que como todas las mujeres pasan por ello será fácil y podrás tú sola con todo.
Yo conocía el servicio Salus, muchas amigas mías lo habían contratado en el postparto. Pero desde mi visión pre-mamá no llegaba a entender la utilidad, me parecía que era un servicio algo “exclusivo”. No imaginaba la falta que me hacía una ayuda con la lactancia, con las dudas sobre los cuidados de Diego, con unas horas de descanso para mí, etc. Habría preferido consejos profesionales en lugar de que todo el mundo opinara o teniendo que llamar a otras madres con las muchas dudas que me surgian del bebé.
Por si fuera poco, el postparto se complicó y acabé ingresada y reoperada. Yo no podía moverme, acababa de salir de la UCI y en la ciudad donde vivíamos estábamos solos mi chico y yo. Él tenía que trabajar y a su vez ocuparse de Diego y de mi, por lo que acabó exhausto de entrar y salir del hospital. Una vez más pienso que hubiera sido un gran apoyo contar con alguien profesional que nos acompañara en el hospital. Me arrepentí de no habérmelo planteado.
¿Los comienzos fueron duros, cómo te encuentras a día de hoy?
Diría que ya estoy recuperada. Tras un intenso trabajo de fisioterapia que tuve que hacer para recuperar abdomen y suelo pélvico.
Diego es la alegría de la familia. Nos ha hecho más completos y maduros. Estoy feliz de haberle traído a este mundo y del hogar que estamos construyendo.