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Madre auténtica y MATRONA

«Si hubiese contado con ayuda cuando tuve a mi segunda hija, las cosas habrían sido de otra forma» 

Aquí os cuento mi historia:

Tuve a mi niña en 2012. Me puse de parto en la semana 37 pero no progresaba, así que terminó en cesárea. Era la segunda, ya que mi primer hijo nació también por cesárea pero en este caso programada porque venía de nalgas. Si la recuperación es más lenta y molesta cuando se trata de un cesárea, por ser una intervención quirúrgica, de dos todavía lo es más.

Y tiene explicación, ya que el útero cuenta con dos cicatrices y es mayor el riesgo de complicaciones en el postoperatorio, como en mi caso, con una parálisis intestinal post cirugía, la subida de leche tarda más en producirse y mi niña que nació justa de peso no estaba para esperar mucho.

Si a todo esto añado que mi marido trabaja muchas horas fuera, incluso de España, y que mis padres viven a 300km, podéis imaginar que mi vuelta a casa no fue nada fácil ni idílica… Me encontré sola, con los puntos de la cesárea, un bebé recién nacido, un niño de 3 años y la lactancia que no marchaba, lógicamente por un cúmulo de circunstancias que incluyen mis antecedentes médicos.

¡Cuánto hubiera deseado ayuda con mi niña en esos momentos y apoyo para mi recuperación!

Cuando a la semana empezaba a subir la leche más o menos bien y todo parecía sobre ruedas, la niña debutó con un cuadro de vómitos y heces con sangre. La ingresaron en la UCI neonatal durante 10 días y el diagnóstico fue alergia a la proteína de la leche de vaca.Yo me pasé día y noche con ella en la UCI, sentada en un sillón al lado de su incubadora. No quería dejar a mi bebé, no quería dejar a mi niño de 3 años, no sabía lo que hacer… La leche empezó a disminuir, yo lloraba a todas horas, la tristeza puerperal, mi pequeña llena de cables, mi niño en casa….ufff!!!.

Cuando volvimos a casa, la pequeña había perdido el reflejo de succión porque le habían dado la leche con jeringa durante 10 días, yo tuve que dejar de comer todo tipo de alimentos que contuviesen leche, lactosa o proteína de la leche, ¡y no sabéis la cantidad de alimentos que la contienen! . Tenía dudas hasta de mi nombre, el cansancio se acumulaba día tras día, todavía con los puntos de la cesárea y el otro pobre de 3 añitos como el príncipe destronado. 

La matrona que había en mí, puso el cartel de «cerrado por vacaciones» 🙁

Al final, al no tener ayuda no pude mantener la lactancia, de lo cual me he culpado durante mucho tiempo, ya que siendo matrona y con la de lactancias que yo he salvado, no podía entender cómo las hormonas se apoderaron de mí y me perturbaron de aquella manera.

Mi hija estuvo un año con la alergia. Después se le quitó totalmente y ahora está fenomenal, pero si hubiese contado con una ayuda profesional tras el parto, creo que, como he dicho al principio, las cosas habrían sido muy diferentes. Habría descansado y me habría sentido con más fuerzas de afrontar un nuevo día, habría estado más convencida y segura de mi misma con la lactancia y no habría pasado tanto malos momentos.

Ojalá la gente empiece a ver y comprender lo necesario que es la ayuda y la importancia de un buen asesoramiento PROFESIONAL tras el parto. 

Para concluir, me gustaría añadir que siempre que se busque ayuda, se debe tener muy presente que ésta debe provenir de PROFESIONALES CUALIFICADOS. Hoy en día con la crisis y la vulnerabilidad de las mujeres en el embarazo, parto y puerperio,han surgido figuras como las doulas, que NO son PROFESIONALES, no tienen ninguna titulación ni ninguna formación reglada, ni siquiera el nombre existe en el diccionario y se aprovechan de estas situaciones de labilidad emocional para captar a las mujeres, criminalizar a los profesionales y hacer negocio con ellas.

Dentro del amplio mundo de profesionales sanitarios, hay una gran diversidad de edad, de cultura, de formación, de actualización ante contenidos pediátricos o de lactancia… pero lo que está muy claro es que TODOS LOS PROFESIONALES SANITARIOS se forman y dedican su vida a proteger la salud de la población tanto si es tu enfermera o pediatra del centro de salud, como si es tu matrona que te conoce desde el día que conociste el embarazo o el ginecólogo que te controla el mismo y van a querer lo mejor para ti. 

Los profesionales sanitarios son una comunidad muy grande y aunque desgraciadamente son más conocidos o llamativos los casos en los que alguno no realiza bien su trabajo, lo que es una realidad es que cada día hay gente más joven formándose y reciclándose y son muchísimos profesionales  los que hacen fenomenal su trabajo y se preocupan día tras día del bienestar de sus pacientes aunque no sean noticia y no se hable de ellos. 

Existen servicios como Mysalus que ofrecen profesionales cualificadas y con amplia experiencia para estos menesteres y lo que hay que hacer es asesorarse y no poner en riesgo ni la vida de la madre ni la del recién nacido contratando a cualquiera que se autoproclame «experta».

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